Los efectos de la crisis económico y el parón inmobiliario no dejan de pasar factura al Consell. Los ingresos por impuestos indirectos de la Generalitat -que incluyen los tributos que gravan la compra de vivienda o el consumo (IVA) y son buen reflejo de la actividad económica- cayeron a 30 de junio pasado un 10,8% respecto respecto a las cifras registradas en el mismo periodo del año anterior. Tal como revela la situación de tesorería de la Generalitat en el primer semestre del año, el Ejecutivo cobró hasta junio 2.363,7 millones de euros, cuando a 30 de junio de 2007 habían entrado en la caja autonómica 2.650,4 millones, cerca de 300 millones más.
Por contra, los impuestos directos (IRPF y patrimonio) compensaron la reducción al pasar de 1.049,2 en la primera mitad del año pasado a 1.216 en el mismo periodo de este año. Otro dato significativo son las transferencias de capital, básicamente, subvenciones del Estado y de la UE para inversiones, que se disparan en el primer semestre, al pasar de los 43,8 millones del ejercicio pasado hasta el 30 de junio a nada menos que 238 este año.
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